En nuestro caso particular, el ladrillo ( o terracota) es producido artesanalmente para que pueda mantener las características originales del producto.
Así que, son extraídos dos tipos de barro: el rojo y el blanco, que después de mezclados y combinados en las debidas proporciones originan la matéria prima utilizada en los ladrillos.
El barro es mezclado, molido y aplastado, ganándose , por consiguiente, una consistencia y dureza semejante a la plastilina lo que le permite su fácil moldeo y transformación en objetos de las más variadas formas y tamaños.
Es a partir de aquí que nuestro proceso de fabricación contrasta con los demás, puesto que los ladrillos y demás piezas decorativas son moldeados a mano, uno por uno, confiriéndole a cada pieza un aspecto de gran singularidad.
A continuación, y pasado algún tiempo para el secado, los ladrillos son cocidos lentamente en el horno, adquiriendo una tonalidad natural. Obtenemos, por eso, un suelo en tonos suaves ligeramente rosados, posible a través de la combinación de una muy buena matéria prima con un proceso de fabricación artesanal capaz de inspirarle un ambiente natural y acogedor a vuestra habitación.